La Reforma inacabada

Sobrevivir aunque estés roto

Mi vida podría describirse como la del tronco de un árbol partido por un rayo, o por dos, porque mi historia se entremezcla con la de la enfermedad de mi madre, pero a pesar de las inclemencias, el árbol renace y los pacientes y/o cuidadores de personas con trastornos mentales lo intentamos.

Desde niña crecí sin entender qué le ocurría a mi madre, pero notaba que a veces ella no estaba bien. Los adultos trataban de disimular, quitarle importancia o apartarnos, pero yo siempre estaba cerca e intentaba animarla, no sé cuántas noches le leí para que se durmiera, puede que tantas como ella a mí; ahora me doy cuenta de que ocupé un lugar que no me correspondía, pero donde las dos estábamos un poco mejor. Cuidar es duro y grato, aunque es muy difícil que no te pase factura, y más haciéndolo desde pequeña, por eso maduré muy rápido, me acostumbré a dormir atenta, a contar lo justo a otras personas e incluso a no poder tener muchas amistades.

Hubiera agradecido muchísimo que alguien me explicara que una depresión posparto, mal diagnosticada, o un trastorno bipolar (años después) no era algo tan malo, que tenía crisis, pero también días buenos, que no era motivo para avergonzarse y ocultarlo. Sólo como adulta y gracias al Doctor Gadea, entendí la enfermedad, y mi madre tuvo unos años bastante buenos con el tratamiento adecuado y una atención personal; por enorme desgracia en 2015 falleció por un maldito tumor cerebral.

Mi historia como paciente, diagnosticada, se remonta a hace más de 20 años ya que un mal día un rayo me partió en dos y cambió mi vida. Poca gente me merece la confianza de contarle algo tan grave para mí, pero este grupo es un lugar seguro, humano y donde rebosa la empatía, por eso me atrevo a contarlo: el 22 de julio de 2003, mientras daba clase en la academia en la que trabajaba, el hotel que estaba a nuestro lado sufrió un atentado causando bastantes desperfectos y múltiples heridos. Nadie nos avisó, así que el impacto fue terrible, el shock increíble, el pánico, los nervios… no sabíamos qué pasaba ni qué hacer. Aún tengo muchas lagunas en mi memoria, pero nunca olvidaré las horribles sensaciones que viví, ni tampoco que llevé a mi compañera embarazada hasta una de las ambulancias, que ya había en la calle, pero no fue suficiente para su bebé. No podéis imaginar la rabia, la impotencia y el odio que sentí durante muchos años. Otra vez, el doctor Gadea, me salvó. ¡Alberto, te debo tanto! Me explicó que lo que yo tenía era estrés postraumático, y con las pastillas necesarias y su trato tan humano, me sacó del estado catatónico en el que estaba, ya que no podía ni cerrar los ojos porque pensaba que no los volvería a abrir. Todavía necesito terapia en ocasiones o incluso tomar ansiolíticos porque la ansiedad se instala y es muy difícil alejarla; hay épocas en que casi todo me da miedo y otras donde reina la tranquilidad, pero siempre tengo que estar alerta para no caer de nuevo.

He comprobado que cada vez que recibimos un golpe tan duro nos resquebrajamos un poco más, y aunque volvamos a recomponernos ya no quedamos igual. Hacemos el esfuerzo de sobrevivir, buscamos los motivos para hacerlo, pero a veces el dolor es tan duro que cuesta respirar, todo te preocupa, te hace daño o te da miedo; lo único que sé es que hay gente que escucha, que no te juzga y que te ayudará a salir adelante, así que rodéate de esas buenas personas, y cuando tú estés bien, o al menos, mejor comprobarás lo satisfactorio que es poder ayudar a los demás, ¡porque juntos será más fácil sobrevivir!

Raquel

Alicante, 22 de marzo de 2024

 

 

 

 

45 Comentarios

  1. Alberto Gadea Soler

    Hola Raquel! Te agradezco mucho tu viaje interior, tus destellos de amor y tu cobijo en este grupo al sentirlo un lugar seguro, humano y empático. Has vivido desde pequeña como cuidadora, como familiar y como persona con sufrimiento psicoemocional. Durante muchos años te ha faltado información y cobijo. Y has encontrado en este grupo de personas un lugar seguro. Ojalá muchas personas puedan también encontrar ese lugar seguro. Es cierto que en este grupo de personas motivadas y comprometidas en mejorar la salud mental lo intentamos. Y también los dirigentes, los que deberían lograr transformar la sociedad también en un lugar seguro para las personas con sufrimiento psicoemocional, se interesen de verdad por conseguirlo. Necesitamos interés genuino en ayudar a las personas y a sus familiares. Y tu testimonio, Raquel, lo muestra desde el corazón. Tus necesidades no resueltas y las de tantas otras personas. Seguro que puedes ayudar a muchas personas desde tu experiencia y desde ese gran corazón y gran alma que desborda generosidad y altruismo. Un abrazo muy fuerte!

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    • Nati

      Raquel, mil gracias por tu testimonio.
      Tu historia me ha llegado al alma. Has reflejado muy bien ese momento en el que tu vida cambió.
      Siento tu dolor e incertidumbre y cómo con ayuda has podido reconducir tu vida siendo consciente de las piedras que se presentan en el camino.
      A veces, estos obstáculos nos ayudan a valorar otras cosas más maravillosas que nos sucederán.
      Ánimo, junt@s podemos!!!

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      • Rafael González Quesada

        Hola Raquel, me asombras y me asombrais lo fuertes que sois a través de la fragilidad. Esto me lo ha enseñado y enseña mi hija cada día. Pero todos los días os agradezco y le agradezco a ella lo que me enseña y la fuerza que me dais. Porque a veces las fuerzas desfallecer y siempre se agradece oír que hay esperanza y luz en la travesía. Gracias.

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        • Raquel

          Gracias Rafa! Sois un gran ejemplo para el resto. Sacamos fuerzas de donde podemos y ayudar a otros también nos ayuda. Un abrazo!

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          • Merche

            Hola Raquel, tu historia es muy emotiva y aunque hace honor a su nombre, veo que has renacido aunque te hayas sentido rota alguna vez. Eso es muy importante y eres un ejemplo para muchas .personas. En este grupo no te sentirás sola, porque se te entiende ,se te comprende, y las experiencias de cada uno nos ayuden a ser todos más fuertes. Gracias por tu relato.

      • Maria

        Una historia difícil pero muy bonita, con la ansiedad siempre hay que estar alerta, aparece cuando menos te la esperas, un abrazó muy fuerte y gracias por compartir.

        Responder
        • Raquel

          Gracias María! Alerta para no caer y mejorando para ayudar. Saludos.

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      • Raquel

        Gracias, Nati! Sí, a todos nos une el dolor pero también las ganas de mejorar. Un abrazo!

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    • Samuel V.

      Gracias por tu relato Raquel, ha sido muy inspirador y de ayuda, aqui estamos juntos para recomponernos aún mas fuertes, que es de lo que se trata tambien, mucho ánimo. Un fuerte abrazo

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      • María José García Gonzalez

        Buenos días Raquel! Veo lo que pasaste y que aún tú ,no estas bien….El ser cuidadora de pacientes con depresión es muy malo .Alberto Gadea se que te sacara de todo lo que tienes y sufres.El cuidar es muy malo ,ya lo dije antes tenemos momentos en los que desearíamos tener al lado al phiquiatra para que nos sacara rápido de aquel trance.Gracias que Alberto siempre está pendiente y nos ayuda.Gracias por tú testimonio.¡¡¡ADELANTE!!!

        Responder
        • Raquel

          Gracias Maria José! Sí, con Alberto estamos en muy buenas manos y este grupo con tanta humanidad nos ayudará a mejorar y a ayudar. Saludos!

          Responder
      • Raquel

        Gracias Samuel! Juntos lo conseguiremos. Saludos.

        Responder
    • FRANCISCA PEREZ SANCHIS

      Otra gran historia para contar,i ayudar,creo que cuando te abres ayudas a los que sufren como tú,que no estás sola, aunque no lo creas,hay mucha gente que sufre,pero no lo cuenta,hasta que se encuentra con la persona adequada

      Responder
      • Raquel

        Es verdad Francisca, hay gente con la que sentimos más confianza para abrirnos. Estamos juntos en esto. Saludos!

        Responder
    • Raquel

      Muchas gracias por tus palabras! Ojalá muchos profesionales y particulares quieran cambiar lo que no funciona y mejorar esta sociedad. De momento, este grupo lo intenta y algo conseguiremos.
      Un abrazo enorme.

      Responder
    • Maika LilQue

      Estaba leyendo tu testimonio y el vello se mis brazos se ha erizado hasta lo más alto y te diré el porqué; el primer policia que pudo entrar a socorrer y ayudar en ese atentado, fue mi hermano y a la mujer embarazada que ayudaste a llegar a la ambulancia, pero que desgraciadamente perdió a su bebé era la mujer del profesor en la Universidad, con el que iba a escavaciones arqueologicas en Santa Pola, además de un amigo.
      Es curioso cómo todos estamos conectados de uno u otro modo.
      Un abrazo fortísimo, Raquel.

      Responder
      • Raquel

        Hola, Maika! Parece increíble lo conectados que estamos todos de una u otra manera. Gracias por tus palabras y mucho ánimo para superar el duelo. Juntas será más fácil el camino! Otro abrazo grande.

        Responder
  2. José Tomás P. Sogorb

    Buenos días Raquel.
    Gracias por compartir con nosotros tu dolor, porque cuando depositas tu confianza en alguien, de alguna manera también estás ayudando a esa persona a ser más empática a ser mejor persona.
    Estoy seguro que en este grupo encontrarás ese bálsamo que cuide tus heridas y también que tú cuidarás de las nuestras.
    Como ves la confianza es mutua.
    Un abrazo.

    Responder
    • Raquel

      Gracias a ti y al resto de profesionales por involucraros en un proyecto tan humano como necesario. Saludos!

      Responder
  3. Rosalia

    Nos has abierto tú corazon no es fácil curar las heridas profundas eres una superviviente ojalá puedas apoyarte en nuestro grupo

    Responder
    • Raquel

      Seguro que sí, Rosalía, este grupo ayuda y ayudaremos. Saludos!

      Responder
  4. Francisco

    Es una historia muy dura q mucha gente no lo comprende porque nunca le ha pasado.Un abrazo y mucho animo

    Responder
    • Raquel

      Gracias Francisco! Ahí reside la empatía en conectar con alguien aunque no te haya pasado lo mismo. Saludos!

      Responder
  5. Lourdes

    Gracias por compartir tu experiencia, me llamo Bati o Batiste. No sé qué más decir, a veces soy una persona muy habladora y a veces no, tengo trastorno bipolar y de la personalidad. Experiencias como la tuya me fortalecen mucho. Muchas gracias de nuevo.

    Responder
    • Raquel

      Gracias Bati! Me alegro de que te dé fuerzas, son necesarias con los trastornos pero sentirte arropada ayuda mucho. Un abrazo!

      Responder
      • Joaqui

        Hola Raquel!! Muchas gracias por compartir tu historia, es un regalo. Decirte que me he sentido identificada mi infancia ha sido muy similar y he sentido esa falta de informacion y no saber que pasaba. Eres muy valiente al contarlo y al compartirlo. Tenemos mucha suerte de hacer coincidido con el Dr. Gadea y estamos en el camino correcto. Juntos siempre es mejor. Te mando un fuerte abrazo 🤗

        Responder
        • Raquel

          Hola, Joaqui! Gracias por tus palabras. Por desgracia, hemos pasado cosas similares, pero eso nos unirá más porque nos ha hecho más fuertes. Recuerdo el optimismo de tu artículo en disfrutar de los detalles y junt@s ayudarnos. Un gran abrazo!

          Responder
  6. M. Carmen

    Buenos días, gracias por contar tu experiencia, siempre ayuda a alguien.

    Responder
    • Raquel

      Gracias, Mari Carmen! Eso espero que sea útil. Saludos.

      Responder
      • Mariana Ferreira De Almeida

        Raquel, tú, hoy con tus palabras te has convertido en un lugar seguro. Desde la imagen que escogiste hasta cada una de tus palabras llenas de alma me nutren. Gracias por abrirte 🌹 y compartir tu experiencia. Ser cuidadora desde pequeña, es una experiencia impresionante. Tenemos que regalarnos un día y jugar como dos chiquillas! Te mando un fuerte abrazo y te agradezco abrir tu corazón ❤️

        Responder
        • Raquel

          Gracias a ti por tu comprensión! Compartiremos tiempo y alegrías en este grupo. Un abrazo!

          Responder
  7. marisolmartinezgarcia63@gmail.com

    Hola Raquel , eres una superviviente, de tu infancia . También con tu mala experiencia del atentado y las secuelas qué te han quedado . Aún rota o desquebrajada sigue adelante . La vida te ha hecho ser fuerte y ahora cuentas con más ayuda .
    Un abrazo 🫂

    Responder
    • Raquel

      Muchas gracias, Marisol! A algunos nos toca recomponernos pero con ayuda y gente tan empática será más fácil. Un abrazo.

      Responder
  8. Ana Torregrosa

    Hola Raquel, estoy conmocionada por los paralelismos en nuestras vidas. Ya no solamente por la cuestión de tener una madre con problemas de salud mental y sus consecuencias que tú muy bien has descrito, sino porque los acontecimientos y coincidencias se entretejen más allá de todo esto, ya que yo podría haber estado en aquella academia.

    Es el sinsentido, lo absurdo, cruel y criminal del terrorismo.

    Verdaderamente has de considerarte una persona muy fuerte y resiliente con esas duras experiencias en las que la vida te ha puesto a prueba. ¡Un fuerte abrazo!

    Responder
    • Raquel

      Ana, ya te lo dije en tu artículo y más con lo que sé ahora, tenemos vidas paralelas. Identificarnos tanto nos va a unir mucho. Gracias por tenderme una mano. Un abrazo muy grande.

      Responder
  9. Maria Jesús

    Buenos días Raquel, en primer lugar tu historia me recuerda mucho a la de Ana, seguro que compartiréis conversaciones de “iguales” que os enriquecerán, por lo pronto a mi me has enriquecido de sentimientos y emociones… además he viajado contigo en el tiempo, con esa hermosa niña, amorosa y sensible que quería ofrecer a su madre sus presentes, después has sido capaz de sentir cómo se podría haber paliado tu dolor, como con información adecuada y buen acompañamiento tu mundo habría tenido otros colores pero los tiempos eran otros y , creo, no debes quedarte paralizada en aquella dura experiencia, después tuviste que vivir, de nuevo, el dolor caótico de lo que es inesperado y escuece, el resultado esta mujer sensible, generosa, amorosa que aunque lleva dentro a la niña no sólo sobrevivió sino que “vive” y aporta experiencia vital y posibles soluciones para “las mentes pensantes que no piensan” pero ,sobre todo Raquel, ojalá descubras de manera fácil que puedes vivir, soñar …y ayudar pero con sonrisa incorporada, ojalá, éste es un buen lugar, un abrazo de alma y de nuevo gracias aunque intuyo que te queda mucho por escribir… ¡adelante!🙏

    Responder
    • Raquel

      Muchas gracias, Maria Jesús! Me emocionan tus palabras. A veces gente más cercana no te conoce tan bien como cuando te abres así. Estoy poniendo de mi parte para vivir, sonreir y disfrutar, sobre todo con este proyecto. Un gran abrazo!

      Responder
  10. Juani Pastor

    El miedo, pequeña palabra para lo que conlleva de sufrimiento, peor si encima no se sabe a qué le temes. Y su compañera la ansiedad, tan terrible como él. Pero ahí estás, sin dejarte vencer por ellos, aunque cueste tanto. Puedes estar orgullosa de ti misma, y sabe que no estás sola, somos muchos luchadores que unidos en este grupo conseguimos sentir que la carga es un poco más liviana. Que fantástico este proyecto de Alberto, que nos está dando tanto.

    Responder
    • Raquel

      Totalmente de acuerdo, Juani! Alberto es un profesional maravilloso y con su generosidad todos aprendemos y nos ayudamos. Gracias y un abrazo!

      Responder
  11. Maria Victoria Olave Fighetti

    Raquel gracias por contar tu historia , me ayuda mucho a ver mi vida y sentirme menos sola, gracias por tu generosidad de compartirla , eres una súper luchadora y nos enseñas a todos con tu fortaleza 🫶

    Responder
    • Raquel

      Gracias, Victoria! Creo que aquí todos luchamos pero juntos conseguiemos más. Un abrazo!

      Responder
  12. Cristina Iriarte

    Hola Raquel .Siento mucho por todo el sufrimiento que has vivido ,pero eso a la vez no te ha impedido seguir adelante en la vida .Fuiste una gran ayuda para tu madre aunque a cierta edad no te correspondiera ,pero creo que eso te tiene que reconfortar ,saber que has sido de tanta ayuda para ella ,porque hacer el bien a los demás ,y más a una madre ,te llena el corazón .Siento las secuelas de el otro suceso que viviste ,pero encontraste a Alberto y él pudo ayudarte a tí,como a mucha más gente ,entre la que me incluyo .Te mando todo mi cariño y deseo con todo mi corazón que con la ayuda y comprensión de tu familia ,amigos y por supuesto con el mejor psiquiatra y persona ,Alberto ,encuentres el mayor bienestar y felicidad que mereces .Muchos besos y abrazos Raquel y Alberto😘

    Responder
    • Raquel

      Muchas gracias, Cristina! Lo malo nos hace más fuertes pero hay que seguir adelante con ayuda y cariño.
      Un abrazo!

      Responder
  13. Lorena

    Qué difícil Raquel es aprender de tu propia gestión emocional cuando de pequeños nos toca «cuidar» de un adulto, en ese cambio de rol uno no encuentra la seguridad que en esa etapa los adultos nos proporcionan, y en nuestra vida adulta el mundo se convierte en un lugar hostil y amenazante, más aún con el episodio traumático que tuviste que sufrir. Qué suerte que encontrases a Alberto, estoy segura de que te ayudó a entender y te mostró que con el miedo se puede aprender a convivir. Enhorabuena por tu relato!

    Responder
    • Raquel

      Gracias, Lorena! Sí, se puede convivir o sobrevivir con el miedo y con la ansiedad, pero buscando maneras o grupos como éste que nos den confianza y alegría.
      Siempre agradecida a Alberto Gadea. Un abrazo!

      Responder

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