La Reforma inacabada

Casas de cuidados para las crisis en salud mental: una alternativa a la hospitalización.

Cada vez más, cada vez más personas con problemas de salud mental cuando les planteamos la dolorosa necesidad de ingreso hacen la misma pregunta: “¿Hay otras posibilidades?”. Tanto ellos como sus familiares cada vez más demandan otras alternativas. Y desgraciadamente la respuesta no puede ser otra que la negativa a esa posibilidad, a esa alternativa. La respuesta es que en nuestro sistema de salud, en nuestro entorno, no hay alternativas.

Pero en otros lugares si hay esas posibilidades, esas alternativas, en otros lugares si disponen de las casas de cuidados para las crisis en salud mental.

Si, en otros lugares se puede atravesar la crisis en un contexto distinto al de la unidad de psiquiatría.

No voy a concretar en ninguna porque no puedo nombrarlas todas. Y es innegable el enorme trabajo que se realiza en ellas con toda la dedicación, con toda la vocación y con toda el alma.

Pero si, en otros países hace ya años que disponen de estas casas, refugios del dolor emocional. Pueden gestionarlas personas que se llaman supervivientes de la psiquiatría, al haber sufrido traumas debido al sistema, y en otros casos están incluidas en el sistema de salud y son una alternativa respetuosa a la hospitalización psiquiátrica.

En nuestro país, desgraciadamente todavía son una entelequia, una quimera, una utopía, una ilusión.

En algunos lugares se están iniciando, un proyecto en construcción, un esbozo de lo que se ha logrado en otros países.

Se añaden varios proyectos iniciados en nuestro país (publicado en Pikara Magazine):

“Y en nuestro territorio estatal, ¿tenemos casas cuidados con esta filosofía respetuosa y alejada de toda coerción? Deberían estar caracterizadas por su voluntariedad y puertas abiertas; por la escucha, los pactos, el diálogo; por la elección de ritmos, de horarios, de alimentación; por el fomento real de la autonomía, la autogestión de la salud, la construcción de herramientas tanto individuales como colectivas y por el desarrollo de prácticas y estrategias de cuidado y autocuidado personalizadas. Y todo esto en un lugar que se viva como espacio seguro, acogedor y amable, en un entorno no medicalizado, no clínico.

La Casa Polar es un ejemplo en construcción que nombra todas esas características como rasgos propios. Proyectada en territorio catalán, lleva cocinándose a fuego lento varios años. Verónica González Moreno, su principal impulsora, marca sus propios ingresos entre 2010 y 2013 como las primeras ocasiones en que supo que, si no existía una alternativa a las plantas de psiquiatría que había conocido, tendrían que inventarla. “En 2015, vivir la experiencia como acompañante de un ser querido y no en primera persona me vuelve a generar un dolor muy profundo y la idea deja de ser una idea para convertirse en una determinación”, recuerda. La Casa Polar, aún sin espacio físico pero más cerca de conseguirlo, está ya constituida como asociación y tiene un equipo promotor de siete personas. Se reúnen online al menos dos veces por semana y dedican muchas de sus energías a detallar el plan económico y financiero y a ultimar la campaña de financiación, comunicación y difusión del proyecto. En paralelo tejen redes más amplias con la ayuda de asesoramientos externos y de personas y colectivos con los que comparten inquietudes e intercambian información, contactos… “Navegamos entre el equilibrio de dar vida al grupo, delegar tareas, crear intimidad y vínculos entre nosotras, y ampliar las fronteras en nuestros encuentros”, cuenta González Moreno.

Mientras, en Madrid se trabaja en La Casa Abierta, proyecto de casa de cuidados para mujeres en crisis inspirado en el modelo de Drayton Park. En otoño de 2018 empezaron a reunirse mensualmente en un colectivo abierto a que se sumen más mujeres interesadas en hacer realidad este espacio. “La Casa Abierta que queremos hacer realidad es una casa para acompañar a mujeres en crisis por sufrimiento psíquico, alternativa al ingreso hospitalario. De puertas abiertas, voluntaria, con acompañamiento 24 horas”, explican en su web. Tanto en el nombre como en la descripción del proyecto nos remiten a la idea de hogar y de espacio seguro. La Casa Abierta existiría, cuentan, “para que las mujeres puedan encontrar un espacio seguro donde ser acompañadas durante una crisis, desde una alternativa de cuidados respetuosa, sin coerción, basada en la toma de decisiones compartida, en un ambiente hogareño, que tenga en cuenta la biografía de cada mujer y sus experiencias de trauma, así como los determinantes sociales de su salud, incluyendo aspectos relacionados con el género, en un espacio para mujeres atendido por un equipo de mujeres y orientado a la comunidad.”

Otro proyecto madurando en Catalunya es la Casa Soteria que intenta impulsar Daniel Álvarez Rossell, quien vivió también malas experiencias en el ámbito de la atención a la salud mental. Están perfilando sus características y la fórmula jurídica que adoptarán, así como la viabilidad económica. “La idea es recibir el apoyo de la Administración. Es nuestra primera línea de abordaje, creemos que la Generalitat debe empezar a tomar conciencia de la situación”, cuenta Álvarez.

Las Casas Soteria, de la que esta sería el primer ejemplo en nuestro territorio, son otro modelo replicado en distintos países desde que surgieran las primeras en Estados Unidos en los años 70. Se centran mayoritariamente en el acompañamiento de psicosis, delirios y sintomatologías que son habitualmente etiquetadas dentro del cajón “esquizofrenia”. Comparten una concepción distinta de la psiquiatría tradicional en cuanto a los diagnósticos y a cómo acompañar las crisis. Por ejemplo, “en Soteria las medicaciones son una herramienta más, no la herramienta. No se concibe el trastorno como un desorden bioquímico o genético que pueda corregirse con fármacos. Los fármacos son soportes que se pueden ofrecer para ayudar a gestionar los momentos de crisis. Es una concepción totalmente distinta, que huye de lacras como ‘cronicidad’, ‘medicación de por vida’ o ‘vas a estar siempre enfermo’, devastadoras para quien sufre la crisis. Es otro mundo”, señala Álvarez. Y añade: “Soteria, principalmente, sirve para tratar brotes psicóticos, generalmente primeros o segundos episodios, en un entorno residencial comunitario y con un uso selectivo y discreto de medicación. Lo más importante creo que es la implicación y el compromiso de un equipo competente y dispuesto a trabajar para ayudar de verdad a las personas, esa es mi visión. Me imagino un pequeño jardín donde dos o tres habitantes puedan tomarse una taza de café y charlar, todavía despeinados y sin asear, mientras el sol empieza a levantarse. Esa visión me gusta. Espero que a partir de 2021 se pueda empezar a concretarse el proyecto, comenzar a construir equipo humano de manera seria y tener ya identificadas las ubicaciones potenciales más idóneas”.

Quienes hemos vivido ingresos en unidades de psiquiatría a menudo hemos escuchado allí frases como “Esto no es un hotel”, en referencia a no esperar comodidades (a veces, una simple manta) durante nuestro ingreso. Radicalmente alejados de esa idea están estos otros proyectos concebidos como hogar y casa, como espacios seguros donde sentirnos a salvo y poder recuperar nuestro bienestar perdido. Que Daniel Álvarez haya utilizado la palabra habitante en vez de paciente al pensar en la futura Casa Soteria no es casual y marca un posicionamiento. La Casa Polar se presenta también como un hogar para quienes se queden en ella: una alternativa de acompañamiento y cuidados respetuosos para atravesar las crisis que actualmente llevan a tantas personas a ingresos en plantas de psiquiatría donde las violencias y vulneraciones de nuestros derechos más básicos son cotidianas. “Estamos hablando de un acompañamiento con otra perspectiva que rechaza todo lo que tenga que ver con la imposición de tratamientos involuntarios, violentos y en muchas ocasiones más dañinos de lo que la propia crisis podría resultar. Nos imaginamos un espacio vivo y cuidadoso, donde unas personas van a convivir en un momento muy importante de su vida con otras personas que están pasando situaciones vitales similares. Se organizará alrededor de la vida de una casa: los ritmos de descanso, alimentación, organización del hogar, y se adaptará a las personas que estén en ese momento conviviendo, a sus necesidades y ritmos, con el objetivo de atravesar un momento crítico acompañado como cada persona necesite. Mucha presencia y comunicación. Mucha escucha, mucho cuidado”, avanzan desde su equipo”.

 

¿Y qué hacemos?, ¿qué pueden hacer las autoridades?, pienso que escuchar a las personas que sufren las crisis en salud mental seguro que sería un buen comienzo. Reitero que cada vez más se escucha la necesidad de alternativas. Cuando una persona está sufriendo una crisis no necesita megadosis de medicación, reglas rígidas basadas en limitaciones y negativas constantes, cosificación al limitar poder disponer de sus pertenencias y en ocasiones coerción entre lo que se incluye atar a las personas a una cama. Puede, si, puede que entre megadosis y limitaciones al final mejoren los síntomas más acuciantes. Pero ¿dónde dejamos las heridas en la persona, las cicatrices en el alma? ¿No importan? Claro que importan y por tanto, después de tantos años de iniciarse la reforma psiquiátrica, hace falta avanzar más y lograr un espacio que combine el acompañamiento, el sosiego y el hogar, un lugar donde verdaderamente pueda sanar el trauma.

Es cierto que algunas personas no podrán beneficiarse de la casa de cuidados y necesitarán en momentos de crisis un ingreso hospitalario pero no es menos cierto que muchas otras si se podrán beneficiar de la casa de cuidados en momentos de crisis en salud mental.

Aunque como sabemos, dedicamos una cantidad económica mucho menor que la mayoría de los países de nuestro entorno a la Salud Mental, tampoco redundaría en mayor gasto poder incluir estas casas de cuidados en la sanidad pública. Muchas personas solicitarían ayuda en el momento inicial de la crisis al sentirse acompañadas, valoradas y respetadas y se evitarían megadosis de fármacos, atención reiterada en urgencias, ingresos hospitalarios, bajas largas o prestación por incapacidades debido a una cronicidad muchas veces gestada en el propio sistema. Y además del ahorro económico, por supuesto debemos hablar del bienestar psicoemocional de las personas que decidan esta alternativa al sistema tradicional. Si las personas lo solicitan debemos escucharlas. Espero que así sea porque la persona que está en crisis debería poder decidir cómo quiere afrontarla.

Un camino hacia el respeto y la dignificación. Queremos seguir ese camino. Lo merecemos.

Publicado el 9 de agosto de 2023

29 Comentarios

  1. Remedios Navarro Valle

    Hola, qué buena idea!
    A ver si alguien toma la iniciativa en la comunidad valenciana, creo que muchos estaríamos dispuestos a colaborar, seguro que hay gente con recursos económicos que podría iniciarlo, pedir subvenciones, iniciar una campaña de recaudación y organizar a voluntarios… Ahí lo dejo, pasar de la ilusión a la realidad puede estar cerca.
    Un saludo
    Reme

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Reme! Hablamos de casas, de cuidados, de salud mental. Palabras que bien merecen luchar por las personas. Esperamos que se pueda convertir en realidad. Un abrazo!

  2. Joaqui

    Hola Doctor!!!!! Una maravillosa idea que me alegra el corazón. Ojalá se inicie un proyecto así es necesario reinvertar los ingresos. La planta de psiquiatría es muy fría solo pueden deambular por el pasillo, incluso hace que se sientan más ansiosos, es una pena. Esta opción sería un antes y un después para los pacientes, seguro que mejorarían antes y pasarían menos estrés hospitalario. Me encantaría participar. Un abrazo enorme

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Joaqui! Ojalá la voluntad politica sea escuchar tu comentario, escuchar a todas las personas con problemas de salud mental y a todos sus familiares. Y tras escucharles pongan en práctica sus demandas, sus necesidades. Un abrazo!

      • Victoria Climent Sánchez

        Es un proyecto espectacular,q ayudaría mucho a enfermos q no necesitan un ingreso hospitalario,pero si un sitio digno q puedan sentirse un poco sin las amarras d su enfermedad, agusto y con dignidad .Ojalá se fomente esta idea,y se hagan cosas necesarias para la salud mental en este país,q se dedica más a cosas sin tanta relevancia q a lo importante, será porque es más facil.Un abrazo al todos y por supuesto a Alberto Gadea

        • Alberto Gadea Soler

          Muchas gracias Victoria! Dignificar el buen hacer y el trato humanizado debe ser prioritario siempre. Un fuerte abrazo!

  3. MADRE DE UN PACIENTE PERJUDICADO POR EL SISTEMA

    Buenos días a tomar nota!
    A ver si algún mandatario toma la iniciativa en la Comunidad Valenciana, como madre de un paciente ingresado dos veces, la idea es fabulosa y seria pionera en la Comunidad Valenciana…… pedir a los mandatarios que sean medicos por Vocación no por obligación .

    Un Abrazo

    • Merche

      Ojalá esto se pueda llevar a cabo. Me parece estupendo y el trato sería mucho más humano en un ambiente más tranquilo y apacible. Esto indudablemente beneficiaría mucho a los pacientes. Esperemos que así sea y que sea pronto.

      • Alberto Gadea Soler

        Muchas gracias Merche! Espero que tu valioso comentario lo tengan en cuenta las personas que pueden poner medidas para mejorar la salud mental. Un abrazo!

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias madre de paciente! Espero que como familiar los mandatarios tengan muy en cuenta tu comentario. Un abrazo!

  4. Lourdes

    Que bonito será poder acompañar y ser acompañados en una casa de estas. Me a encantado la idea de «salir despeinado, tomar café, charlar debajo de un árbol»
    Me ha recordado unas palabras de un libro muy antigüo que dice «Se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera y no habrá nadie que los haga temblar»… Ideas estas que nos transmiten paz, tranquilidad y sosiego, eso creo que es lo que necesita un alma, en momentos de crisis. Palabras de tranquilidad, comprensión y acompañamiento.
    Aunque aún, aquí no tenemos esto, lo bueno es que tenemos personas como Alberto y algunos otros que nos acompañan y escuchan. Y hacen todo lo posible por promover una mejora hasta que llegue la cura definitiva. Que llegará!!! Solo un poco más y será una realidad.
    Tu alma será acariciada y ya no tendrás que sufrir más, No es un sueño es muy real.
    Aquí está mi mano para ayudar si se hace una casa para poder acompañar

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Lourdes! Tu comentario está lleno de sensibilidad y transmite paz. Ojalá también puedan tenerlo en cuenta los politicos a los que les compete trabajar por la mejora de la salud mental. Un abrazo!

  5. CARLOS

    Enhorabuena Doctor!!!!! Una maravillosa idea que me alegra el corazón.

    Ojalá se inicie un proyecto así es necesario reinsertar los ingresos. La planta de psiquiatría con 16 camas en habitaciones compartidas y viendo el dolor de tu compañero de habitación solo pueden deambular por el pasillo, incluso hace que se sientan más ansiosos, es una pena. Esta opción sería un antes y un después para los pacientes, seguro que mejorarían antes y pasarían menos estrés hospitalario. Me encantaría participar.
    Un camino hacia el respeto y la dignificación. Queremos seguir ese camino. Lo merecemos.
    Un abrazo

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Carlos! Describes la Unidad de psiquiatria y las consecuencias negativas de ingresar en ella en ocasiones. El dolor emocional necesita poder abordarse y elaborarse desde una perspectiva mucho más amplia. Un abrazo!

  6. CAROLINA

    Extraordinario Doctor Gadea me quedo con esto porque el trauma mental necesita apoyo emocional:

    ¿Y qué hacemos?, ¿Qué pueden hacer las autoridades?, pienso que escuchar a las personas que sufren las crisis en salud mental seguro que sería un buen comienzo. Reitero que cada vez más se escucha la necesidad de alternativas. Cuando una persona está sufriendo una crisis no necesita mega dosis de medicación, reglas rígidas basadas en limitaciones y negativas constantes, cosificación al limitar poder disponer de sus pertenencias y en ocasiones coerción entre lo que se incluye atar a las personas a una cama. Puede, si, puede que entre mega dosis y limitaciones al final mejoren los síntomas más acuciantes. Pero ¿Dónde dejamos las heridas en la persona, las cicatrices en el alma? ¿No importan? Claro que importan y por tanto, después de tantos años de iniciarse la reforma psiquiátrica, hace falta avanzar más y lograr un espacio que combine el acompañamiento, el sosiego y el hogar, un lugar donde verdaderamente pueda sanar el trauma.

    • Alberto Gadea Soler

      Mucjas gracias Carolina! Efectivamente, el trauma mental necesita apoyo emocional. Un abrazo!

  7. Fracisco

    Eres un maquina Alberto ojalaaa me parece muy buena opción .Se nota q te gusta tu trabajo un abrazo.

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Francisco! Agradezco mucho tu comentario. Un abrazo!

  8. Vicente Bevia

    Muy buena idea!!!!

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Vicente! Esperamos poder verla plasmada en realidad. Un abrazo!

  9. Sole

    Es una buena idea , incluso para después del tratamiento cronificado , ayudar al paciente a dejar la medicación , pues por experiencia propia no es fácil hacerlo porque en realidad son drogas qué vienen bien cuándo las necesitas , pero también tienes efectos secundarios al intentar dejarlas .
    Y cuándo tienes qué continuar con tu vida y con esos efectos se hace muy difícil dejarlos , lo cual te lleva a desanimarte y sientes frustración.
    Estaría bien qué se pusiera alguno aquí en la comunidad Valenciana.

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Sole! Puede también, como bien dices, posibilitar ayuda en momentos importantes de cambio como puede ser intentar dejar la medicación en el momento oportuno y con los apoyos necesarios. Un abrazo!

  10. Joaquín Vicente Llorens Ribelles

    Estoy de acuerdo que la igual que hay casas tuteladas para otra enfermedades podrían haber para ellos, al igual que trabajos para ellos, que no se les margine.

    Joaquín Vicente Llorens Ribelles 09.08.2023 miércoles.

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Joaquin! Igualdad de trato e igualdad de oprtunidades. Inclusión socio-laboral. Un abrazo!

  11. Antonio Díaz

    Estupenda idea, ojalá en nuestro entorno surgiesen iniciativas similares.
    La actualidad de los ingresos por crisis es muy lamentable, ingresos con retención forzosa, pocos espacios para el esparcimiento, falta de implicación del personal de atención directa, obligación de compartir dormitorio con otros pacientes sin afinidad o con patologías muy distintas que pueden dificultar la recuperación…
    Por una sanidad mental pública de calidad y con los medios imprescindibles.

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias Antonio! Descripción y explicación detallada y muy acertada. Por una sanidad mental pública de calidad y con los medios imprescindibles. Un abrazo!

  12. José Tomás P. Sogorb

    Buenas tardes.
    Es una idea magnífica, ya que ayudaría a eliminar el miedo atroz y la negativa que expresan algunos pacientes a ser ingresados y por otra parte, serían tratados con el respeto y cuidados que merecen los enfermos en salud mental.
    Ojalá en breve deje de ser una entelequia.

    • Alberto Gadea Soler

      Muchas gracias José Tomás! Comparto tu reflexión. Las unidades de psiquiatria en los hospitales siguen siendo vistas de manera traumática y se precisan otros espacios con una mirada más libre y humanizada. Un abrazo!

  13. Sara

    Hola! Estoy intentando encontrar el contacto tanto teléfono como dirección de la casa abierta, pero no logro encontrar. Me podríais facilitar el teléfono o dirección, muchas gracias

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