Muchas veces bajo el lema “todo para el pueblo” se esconde la letra pequeña … “pero sin el pueblo”.
En nuestro trabajo debemos evitar cometer el mismo engaño: “todo para el paciente” … “pero sin el paciente”.
Hoy en día en las facultades todavía nos enseñan a ser “médicos”. Pero en realidad, ¿qué significa ser médico?, ¿qué significa ser psiquiatra?
Erigirnos en los omnipotentes sabedores de que necesita el paciente, que necesita la persona que tenemos al lado y con la que estamos compartiendo su mundo interior es, cuanto menos, kafkiano. Implica otorgarnos un poder y un saber absurdos. Y el problema es lo implantado que está el modelo en la sociedad. Cuantas veces al plantearle alternativas terapéuticas al paciente, dice: “tú eres el médico, tú sabrás”, alejándose a si mismo de la posibilidad de potenciar la introspección, el autocuidado y el crecimiento personal.
El Paradigma de la Recuperación Personal se basa en alejarse de la dependencia del sistema sanitario y buscar el camino propio y el crecimiento personal. Claro que es importante solicitar ayuda cuando es necesario pero también es importante retomar el camino propio lo antes posible.
El paciente, la persona, necesita seguir el Modelo de Recuperación Personal. Este Modelo nació gracias a un grupo de pacientes dolidos y escaldados de la atención que estaban recibiendo, quienes pretendieron construir un significado de sus vidas. Levantaron la palabra y reclamaron sus necesidades. Por este movimiento han logrado distanciarse de la sumisión a los tratamientos tecnificados y ultramedicalizados, prácticas de diagnóstico y tratamiento farmacológico, que lo que favorecen es la cronificación y no la recuperación de los pacientes. El movimiento de recuperación da el protagonismo a las personas con diagnóstico grave. Es un proceso de crecimiento y cambio de las personas con trastornos mentales que consiste en definir un proyecto de vida propio, definido por la propia persona con enfermedad mental e independiente de la evolución de sus síntomas. La esperanza es el sentimiento impulsor de la recuperación personal y la dependencia de los profesionales su mayor obstáculo de manera que el profesional tiene que alentar o al menos no obstaculizar el desarrollo de esa esperanza. Es fundamental el protagonismo e implicación de los pacientes en la definición de los problemas. Se trata de un cambio en la relación entre el saber profesional y el saber de los pacientes de su propia vida. La cultura del experto por formación y la cultura del experto por experiencia.
Por supuesto, nuestro buen trato, respeto y dignificación al llamado enfermo mental y a su familia, nuestras intervenciones, técnicas y medicamentos administrados en su justa medida ayudan a los pacientes.
Hoy en día cada vez se dispone de mayor información, también en las llamadas enfermedades mentales. Muchas veces no se trata de que la persona se tenga que inyectar hoy el medicamento, se trata de buscar la transversalidad, la empatía, el saber escuchar y entender al paciente, el descubrir juntos que es lo que necesita y también lo que no necesita o lo que no quiere. Porque más allá de los síntomas, más allá de la enfermedad, hay una persona que debe tener su Proyecto de vida, que debe mantener la ilusión y las ganas de vivir en un mundo que merezca la pena vivir.
De no conseguir este lugar de encuentro, la vinculación terapéutica, la brecha y distancia entre ambos será cada vez mayor. Y en ese caso, habremos perdido la oportunidad de preguntarnos: ¿Qué necesita el paciente?
Publicado el 18 de julio de 2022
Autor del texto: Alberto Gadea Soler
Autora de la portada: Susana Berrocal Montes
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